¿Por qué esta página?
Objetivos
El objetivo con el que se crea esta página radica en la exposición y el análisis desde la perspectiva de los pueblos originarios alasqueños, del conflicto fronterizo que vive a lo largo del siglo XIX y XX. Así, desarrollaremos una serie de entradas desde las causas y consecuencias de la propia transacción del adquisición del territorio del Ártico entre el tardoimperio ruso y el EEUU de la posguerra civil. Para ello analizaremos por separado y en conjunto los diferentes ítems divididos en las entradas que proponemos.
La importancia de la perspectiva indígena
El 150 aniversario del Tratado de Cesión con Rusia brinda la oportunidad de examinar lo que la compra de Alaska significó para los nativos de Alaska. El lenguaje del tratado demuestra cómo los Estados Unidos y Rusia pensaron, clasificaron y establecieron legalmente las condiciones de vida de los nativos de Alaska. El lenguaje crítico está en el Artículo III, donde los residentes de Alaska fueron clasificados como "habitantes" o "tribus incivilizadas". Los primeros eran todos los que eran de ascendencia rusa total o parcial y los que vivían como súbditos rusos. Las "tribus incivilizadas" eran los pueblos nativos que se distinguían tanto por su falta de ascendencia europea, su distancia del control ruso y por la forma en que vivían. A los habitantes se les concedió la ciudadanía de los Estados Unidos si deseaban quedarse. Las "tribus incivilizadas" eran consideradas indignas de reconocimiento legal como ciudadanos porque su forma de ganarse la vida, sus relaciones sociales y su conocimiento de los "modos de los hombres blancos" eran considerados inferiores. En la práctica, en los años posteriores al Tratado, a la mayoría de los nativos se les negó el derecho de ciudadanía a menos que pudieran probar la sangre rusa, que habían renunciado a los caminos tribales y que vivían como hombres blancos. Sobre la base del Tratado de Cesión, todos los asuntos relacionados con los pueblos nativos de Alaska estaban sujetos al gobierno de los Estados Unidos, que asumió la responsabilidad de las decisiones sobre la tierra, los recursos y su bienestar general. En un informe del Departamento del Tesoro de 1870, el Capitán Charles Bryant, Agente Especial del Departamento del Tesoro, declaró que los Tlingit nunca reconocieron a los rusos como dueños de sus tierras y que sostenían que los rusos deberían haberles consultado al menos sobre la venta. En su mayor parte, la falta de ciudadanía legal y derechos civiles no surgió como un problema para los nativos de Alaska hasta que surgieron conflictos sobre los recursos naturales, la tierra y las aguas de las que dependían los nativos para su sustento.